lunes, 10 de septiembre de 2012

Los purepéchas


Los Tarascos o Purépechas son el pueblo amerindio de lengua independiente que habita en el estado de Michoacán, en México. Su historia primitiva se conoce a través de escasas fuentes históricas que ubican su origen en la localidad de Zacapu, Michoacán, y que se refieren a la fundación de sus principales asentamientos (Tingambato, Carapan, Ihuatzio y otros, distribuidos en parte de los estados de Guanajuato, Querétaro, Colima, Jalisco, Guerrero y Estado de México).

Se conocen datos sobre su religión, su organización política, sus gobernantes y sus respectivas dinastías, así como sobre los principales hechos históricos que protagonizaron. Existen pruebas de que en el momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, ya habían desarrollado una civilización independiente. La capital era Tzintzuntzan, ‘lugar de colibríes’, junto al lago de Pátzcuaro, en donde construyeron las ‘yácatas’, monumentos únicos que destacan por su forma, pero que no se comparan con otras obras arquitectónicas en cuanto a vistosidad. Consisten en una especie de túmulos en forma de T revestidas de piedras cortadas.

La alfarería se ha convertido en un importante medio de subsistencia para los actuales purépechas. Muchos de sus pueblos cuentan con gran número de familias que desarrollan esta actividad.
Los tarascos o purépechas eran famosos por sus espectaculares mosaicos, los cuales confeccionaban con plumas de colores, y por sus pipas de barro o arcilla. Hoy destacan por los tejidos, lacados y su artesanía en madera. ). Se cree que los purépechas fueron los primeros que trabajaron el metal en Mesoamérica. Es probable que aprendieran las técnicas de la metalurgia gracias al comercio con las civilizaciones de América Central y las andinas a través del océano Pacífico. Los ornamentos de cobre, oro, bronce y otras aleaciones hechos por los purépechas eran tan apreciados como sus trabajos con plumas y sus telas.

Los purépechas siguen teniendo, como sus antepasados, un gran conocimiento del entorno. Sus métodos de clasificación de tierras llegan a enumerar dieciséis tipos de terreno, para diversas labores.

Durante 500 años han logrado mantener una artesanía rica y variada gracias a su imaginación y técnicas muy depuradas. Hoy en día, todos los integrantes de la vida social se dedican a fabricar productos artesanales durante los períodos de inactividad agrícola. Gracias a ello obtienen unos ingresos que ayudan a que las familias no tengan que abandonar sus pueblos. Los purépechas siguen luchando
por no desaparecer y conservar su identidad y rasgos culturales.





PERIODO CLÁSICO


Los inicios del Periodo Clásico pueden fijarse dentro del año 200 d.C y su conclusión hacia el 900 d. C. Sin embargo, la cronología varía en cada área cultural. Los antecedentes de este periodo se hallan en la última fase del Período Preclásico, a partir del año 400 d. C., cuando gracias a un incremento en la eficiencia de las técnicas agrícolas, ocurrió una transformación en las sociedades de la época (crecimiento demográfico, mayor división del trabajo y especialización, y el incremento del intercambio comercial).
Lejos de lo que se suponía en buena parte de los primeros textos sobre las culturas del clásico, hoy se sabe que tanto Teotihuacan como los estados mayas fueron pueblos guerreros, aunque nunca al grado alcanzado por las culturas del Posclásico. La guerra parece ser un asunto central en la historia del Área Maya, como lo develan las estelas de la época y las representaciones iconográficas de escenas bélicas que se han descubierto en sitios como Bonampak y Toniná. En aquella región florecieron varias ciudades-estado hostiles entre sí. Por su lado, Teotihuacan no pudo haber llegado a ser el gran centro político y económico que fue sin hacer uso de la fuerza, como también lo atestigua la iconografía de la ciudad; aunque parece que las mismas dimensiones del poder teotihuacano libraron a la ciudad de hostilidades de otros Estados en competencia. Igualmente, Monte Albán se impuso en los Valles Centrales de Oaxaca por medio de acciones bélicas, según demuestran las estelas de conquista del Edificio J de esa ciudad.

Horizontes culturales


Antecedentes Históricos
El tiempo y el espacio en la historia antigua de México
La historia prehispánica de México se desarrolla en una serie alternada de periodos de "florecimiento" y "decadencia", originados estos últimos por fuertes cambios en el clima que modificaron las condiciones "ecológicas" del medio geográfico, o por la intrusión de nuevos grupos que caían sobre los pueblos ya civilizados o bien por guerras intestinas, destruyendo así varias veces las "grandes culturas", para volver a reconstruirlas después.
Estos diferentes periodos se han clasificado de acuerdo con los rasgos culturales dominantes en cada uno de ellos, y se les ha dado el nombre de HORIZONTES CULTURALES, lo cual significa que no son divisiones de tiempo, sino grandes etapas de progreso de los pueblos indígenas con duración variable, pero conservando cierto paralelismo.
Todo el tiempo transcurrido desde la llegada de los primeros grupos humanos al continente, hasta el descubrimiento de América, se divide comúnmente en cuatro horizontes, los que a su vez se subdividen en periodos menores.

HORIZONTES CULTURALES
I. PRECERÁMICO Cazadores· Recolectores·
Transición a la agricultura
II. PRECLÁSICO Inferior· Medio· Superior
III. CLÁSICO Temprano· Medio· Tardío

IV. POSCLÁSICO Temprano: Mixteco-cholulteca· Medio: Tolteca-chichimeca· Tardío: Azteca o mexica.
EL HORIZONTE PRECERÁMICO: Incluye las manifestaciones culturales de los primeros metrópolis (aproximadamente del 100 a. C. al 850 d. C.)
EL HORIZONTE POSCLÁSICO: Transcurre posiblemente del 850 a 1521 d. C.; es la época en que las sociedades teocráticas se convierten en militaristas y comienzan a integrarse grandes Estados como consecuencia de sus conquistas y los pueblos viven en constante lucha de dominación o de rebeldía hasta la llegada de los españoles.